lunes, julio 03, 2006

HELENA


Sus padres no sabían la fecha de su nacimiento cuando eligieron su nombre: Si era niña se llamaría Helena, que significa antorcha, resplandor, luz que ilumina, y haciendo honor a ese nombre, eligió nacer entre el resplandor de la noche más mágica del año iluminada por las hogueras de San Juan en su tierra gallega. Noche mágica y de meiguiñas buenas, y así es ella, una meiguiña que hechiza con su sonrisa a todos quienes la miran. Cuando llegó al mundo sabía muy bien que los niños vienen con un pan debajo del brazo, y Helena, benjamina de una familia numerosa, trajo uno bien grande para que tuviese mucho que repartir.
Tan sólo tiene tres añitos, pero se puede vislumbrar a través de su mirada clara, una personalidad luchadora y sensibilidad y alegría a raudales. En su hogar jamás creyeron en la influencia de las estrellas hasta que llegó a sus vidas la pequeña Helena, y ella ajena a la influencia positiva que ejerce sobre cuanto la rodea, duerme acurrucada en los brazos de su madre que admira la inocencia de su rostro angelical mientras sueña y desea para ella, igual que deseó para sus otros hijos, un mundo donde no exista la desigualdad, ni la violencia, ni la injusticia, ni el hambre, mientras sueña e imagina una tierra cuidada y verde, con agua a raudales y olor a mar.