martes, febrero 07, 2006

EL NUEVO SÍNDROME

Soy una mujer activa y moderna de la sociedad que me ha tocado vivir. Integrada laboralmente, con una vida social aceptable, marido, hijos... Mi diversión favorita es ir de compras, y mi vicio más inconfesable, la adicción a los perfumes caros (me vale cualquiera que no baje de los 60 Euros). Me alimento de productos light para mantener la silueta, y aunque me machaco dos horar diarias en el gimnasio, los michelines se resisten a desaparecer y ya estoy ahorrando para la liposucción. El tiempo libre lo dedico a leer prensa rosa y a ver televisión.
Desde hace unos días, no me encuentro bien, me siento vacía, ansiosa, y las compras ya no me satisfacen. No sé por qué estoy así, a mi no me falta de nada, me cuido y vivo bien. Acudí a un especialista que me recomendaron para estos males, y me diagnosticó un nuevo síndrome de la sociedad de consumo que se llama "Falta de Humanitis". Se cura con mucha fuerza de voluntad y una buena rehabilitación, que en mi caso, consiste en: dejar de usar perfumes caros que ahogan el aroma de mi propia humanidad. Sustituir los productos light por las sabrosas recetas de la abuela, y sobre todo, mucho caldo de grelos. No machacarme tantas horas en el gimnasio, y a cambio, recuperar los largos paseos con mi familia, que sin duda, tranquilizarán mi espíritu. Olvidarme de la telebasura y ver más informativos que muestran la realidad del mundo: Mujeres maltratadas, derechos humanos pisoteados, guerras, miseria..., para ser consciente de que tengo que aportar mi grano de arena para que esta realidad empieze a cambiar: Apadrinar un niño del que nunca se debería llamar tercer mundo, con el dinero que derrocho en compras superfluas.
El doctor me aseguró, que así volvería a ser hermosa por dentro, y que la tranqulilidad serena de mi alma, será la mejor cirugía estética para mi cuerpo. Así que ya saben, si alguno de ustedes padece estos síntomas, no lo dejen pasar, el sindrome tiene solución, tan solo tenemos que dejar de ser egoístas, y mirar a nuestro alrededor. La verdad es que merece la pena...